Descubre los Juegos Mapuches más populares

El pueblo mapuche fue, es y será siempre una de las etnias originarias más importantes de Chile y de Argentina, tanto por su importancia social y demográfica como su fuerte sentido de identidad cultural que ha resistido a pesar de los embates históricos. Parte importante de esa identidad son los Juegos mapuches que aquí conoceremos.

JUEGOS MAPUCHES

Juegos Mapuches

Durante la época de la conquista los mapuches se prepararon para la lucha fabricando armas, haciéndose diestro en su manejo y ejercitando su cuerpo. Para estar listo en la defensa de su pueblo aprendió a montar caballo, se hizo jugador de pelota, pilma, chueca, linao, fue bogador, hondero, lancero, andarín, corredor; practicaba, en fin, todo cuanto pudiera mantenerlo en buena disposición muscular.

El Palín

El palín, entre los juegos mapuches es el deporte por excelencia, es un juego que se practica con bastón (Weño) y bola (pali) con un fuerte contenido ceremonial y político lo que motivó que en muchas ocasiones fuese prohibido primero por los conquistadores españoles y luego de la independencia por el estado chileno. Los primeros testimonios escritos que hablan del palín datan del siglo XVI y dan testimonio de que este deporte se practicaba entre el valle central de Chile y la isla grande de Chiloé.

Según el sacerdote jesuita Alonso de Ovalle el palín era practicado tanto por mujeres, hombres y niños que demostraban gran agilidad y ligereza en sus movimientos. El cronista Diego de Rosales sostiene que los españoles miraban con desconfianza este deporte ya que muchos de sus jugadores o aficionados eran guerreros que podían tomar esta práctica como ejercicios de combate, además sentían rechazo por «invocaciones del demonio para que la bola les sea favorable».

El historiador Carlos López verificó en crónicas y fuentes históricas la existencia de diversas ceremonias y prácticas rituales que acompañan la práctica del palín, entre otras: dagun, “curar” con sangre de guanaco y humo de tabaco los instrumentos empleados para el juego; incrustar uñas de animales de rapiña en las curvas del bastón; lawenfura o katanlikan: inyectar polvo fino de roca o de hueso de puma bajo la pies de varias partes del cuerpo de los jugadores con el fin de dotarlos de fuerza y resistencia en la práctica del deporte y la guerra.

El juego consiste en dos equipos con entre cinco y quince jugadores cada uno, las dimensiones de la cancha de juego (paliwe) dependía del número de jugadores. En una partida de quince jugadores las medidas aproximadas de la cancha son doscientos cuarenta metros de largo por treinta metros de ancho. Se juega con una pequeña bola de madera envuelta en cuero de huemul (pali) que se golpea con un palo encorvado (weño) tratando de llevarla al campo de los contrarios.

JUEGOS MAPUCHES

Los dos bandos o partidos tienen sus campos en las mitades opuestas del paliwe y toman ubicación en ambos lados de ella los jefes de los dos partidos, mientras que los otros jugadores se colocaban en posiciones estratégicas, todos armados de palos. Cuando estaban listos, los del centro golpean sus palos en el aire y comienzan a luchar para sacar la pelota del hoyo en que se había colocado y cada uno trata de impelerla en dirección al campo contrario.

El objeto de los jugadores era de llevarla por la raya que cierra el campo opuesto o en defensa de la de su partido, de echarla fuera de la cancha, lo que se considera un empate y el juego comienza de nuevo. Cada punto a favor es marcado en un palo el primer partido en alcanzar el número de puntos previamente establecido es el ganador.

Los jugadores tienen canciones, algunas con el fin de invitar, otras como provocación para la lucha y otras como celebración por el triunfo. Una de las canciones recopiladas por el padre Félix José de Augusta en «Lecturas Araucanas” dice así:

Juguemos, pues, mocetones!

Serás como gavilán,

Del sur traeré para ti

Buenos palos de chueca.

Traeré diez palos,

Para hacer frente a los chuequeros.

Entonces dirán que soy alentado,

Porque tengo buenos mocetones,

Lucharemos otra vez, buenos mocetones».

Pillmatun

El pillmatun es uno de los juegos mapuches más populares, es un juego de pelota que consta de entre ocho a diez jugadores distribuidos en una circunferencia cada uno colocado a dos brazos de distancia del otro.

En el juego se utiliza una pillma que es una pelota de paja o de madera liviana con un diámetro un poco mayor que el de una pelota de tenis. La finalidad del juego es golpear al adversario con la pelota y así obtener un punto.

JUEGOS MAPUCHES

La pillma debe ser lanzada por debajo de la pierna, mientras el rival intenta esquivar el lanzamiento sin abandonar la posición en la que se encuentra, para esquivar la bola puede retorcerse, saltar, tenderse en el suelo pero debe tratar de levantarse con gran rapidez. La forma de golpear la pelota es poniendo la mano en forma de “pala” como si fuera una raqueta y golpeándola siempre por debajo de la pierna, pudiendo dar un pequeño salto con el fin de lograr este objetivo. El que es alcanzado por la pelota, pierde un punto, hasta llegar al número acordado, usualmente seis.

Linao

El linao también llamado Linao es uno de los juegos mapuches de pelota. El nombre proviene de ling, que significa batallar y naln, bola. Literalmente batallar con la bola. Es posible que provenga también de la palabra indígena inar que significa: seguir o perseguir a otro. Es uno de los juegos mapuches más antiguos y se juega con una bola elaborada de algas marinas. Esta bola normalmente tiene una circunferencia de aproximadamente de catorce a dieciséis pulgadas.

La cancha donde se juega debe ser totalmente plana con unas dimensiones de ciento veinte metros de largo por sesenta metros de ancho. Si el número total de jugadores que tomaban parte en el juego pasaba de sesenta jugadores las dimensiones de la cancha debían ser aumentadas. El juego promedio tiene una duración de cinco horas a seis horas. Los límites de la cancha son marcados por rayas muy bien visibles. En el centro de la cancha se colocan dos rayas transversales y paralelas a la cancha, con una distancia una de otra de de aproximadamente cinco metros.

Listos los equipos contendientes, se distribuyen en dos grupos, ocupando cada cual el lado de la cancha designado. Los jugadores más veloces eran colocados adelante, los más ágiles y diestros en esquivar el cuerpo, en el centro, y los más resistentes y fuertes, atrás, reservándose siempre el puesto de portero, tecuto, al mocetón más corpulento y valeroso. Participan solo hombres menores de treinta y cinco años.

Se realiza un sorteo y el bando favorecido por la suerte, designa a un deportista para que, se coloque entre las dos rayas que representan la zona neutral, y lance la pelota con la mayor fuerza posible, oblicuamente arriba y hacia donde están sus partidarios, debiendo en cada caso caer dentro del terreno neutral. Cuando se lanza la pelota al aire, cinco o diez contendientes de cada bando, entran a este terreno se disputan por recibirla en el aire, y aquí era donde los partidarios y contrarios hacen verdaderos prodigios para apoderarse de ella.

El jugador que logra cogerla, la estrecha fuertemente entre sus brazos y emprende una veloz carrera hacia la puerta enemiga, seguido de cerca por casi toda la comparsa; unos se esfuerzan por defender al compañero y, los demás, por quitarle la pelota. Cuando un jugador, después de gran trabajo, logra encontrarse próximo a penetrar por la puerta enemiga, el tecuto y sus ayudantes tienen que hacer sus máximos esfuerzos para impedir que toda aquella avalancha los atropelle y entre por la puerta.

La preparación de los jugadores tiene gran importancia. En la preparación del cuerpo se practican ejercicios de carrera con cambios de dirección y fintas. Se alimenta preferiblemente de harina de trigo tostada. Durante quince días los jugadores se bañan de madrugada en cascadas o traitraiko. Practican el ayuno y la castidad antes de los partidos.

Los jugadores de linao se untan aceite de lobo marino que sirve para protegerse del frío además que los hacía resbaladizos ante los forcejeos con jugadores del equipo contrario. Para jugar usaban solo un chiripá sin ningún tipo de calzado. Un cintillo de lana de algún color, usaban un distintiva llamado trarilongo que les servía para diferenciar los equipos.

Antes de un partido la machi, la autoridad religiosa de los indígenas, canta el romanceo para hechizar la pelota y rocía agua sobre los jugadores de su equipo con intención de fortalecerlos. La pelota de unos quince centímetros de diámetro, se confecciona de algas comestibles como el cochayuyo, el luche o el sargazo que son cubiertos de lana o cuero; también se pueden elaborarse de madera y de trapo las cuales eran de un tamaño algo menor.

En la antigüedad se jugaba en el área al oeste de la cordillera de Nahuelbuta y por la costa hacia el sur del río Toltén hasta la provincia de Llanquihue y Archipiélago de Chiloé. El Linao despierta gran interés entre los aficionados, los que recorren enormes distancias para asistir a estos partidos.

Awar Kuden

El awar kuden o juego de las habas es uno de los juegos mapuches. Es un juego similar a los dados. Se juegas entre dos personas, se requiere de ocho habas, cada haba tiene un lado raspado y pintado con carbón o con algún color, además de diez a veinte palitos o fichas (kow) para anotar las puntuaciones. Antes de comenzar el juego cada jugador presenta al otro el objeto que entregará en caso de perder. Por ser un juego normalmente para niños el objeto en disputa puede ser una prenda, una golosina o un juguete.

Se dispone un trozo de tela, un poncho u otra superficie que sirva de tablero y los jugadores se sitúan frente a frente, con las fichas a un costado de su cuerpo. Cada jugador se alterna para lanzar las habas. El jugador de turno toma las habas entre sus manos las sacude mientras canta para llamar a la buena suerte. Luego lanza las habas sobre el tablero y cuenta las habas que cayeron con la parte pintada hacia arriba.

Según Smith, en «Los Araucanos», «Durante el juego, acarician las habas, las besan, las hablan, las frotan en el suelo y en sus pechos, gritan y gesticulan, invocando buena suerte para ellos y mala para sus contendores, con tanta sinceridad como si creyeran que las habas tuvieran alma».

Según un sistema de puntaje se cuentan las habas que cayeron con la parte pintada hacia arriba y gana el primero en completar cien puntos. Otro sistema de puntaje dice que si las ocho habas caen «de espalda» (payḻanagün), con el lado pintado hacia arriba, el jugador se anota dos tantos y tiene derecho a una nueva tirada.

Si caen la mitad de espalda y la mitad de barriga, se llama paro y vale un tanto, pero también da derecho a una nueva tirada. El turno se acaba cuando no se producen resultados con puntaje. Quien primero reúne veinte tantos, ha ganado una ronda. El ganador del juego es quien gane dos rondas seguidas.

Otros Juegos

Otros juegos mapuches que forman parte importante de su identidad son: Trümün: Juego de pelota que se practica usando los pies; la pelota se elabora con hierbas secas envueltas en un cuero animal. Waikitun: Simulacro de combate con lanzas. Lefkawellun: Carreras de caballo.

Cuando los mapuches aprendieron a montar a caballo aventajaron a los conquistadores en su dominio. Lekaitun: Ejercicios con boleadora o bola. Pülkitun: Ejercicios con arco y flecha. Ellkaukatun: Juego de escondidas. Ellkawun: Juego de esconder una prenda. El Choiketun: Juego del avestruz.

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